14 de mayo de 2015

03:36


Te escribo porque llevo toda la tarde pensando que quizá estés con otra. Y no te lo digo en plan celosa, en plan joder, que se está tirando a una tía que probablemente sea más guapa que yo, o más lista o tenga las tetas más grandes. Te lo digo en plan qué putada que estando yo aquí, sin hacer nada, tú estés lo suficientemente lejos como para no estar metidos en la misma cama, con las piernas entrelazadas, con tu mano acariciándome la espalda o yo qué sé, mirándonos sin más. A veces lo único que hace falta es tener a alguien a quien poder mirar a los ojos durante un buen rato. Lo malo es que luego quieres más, y quieres a alguien sobre el que llorar desnuda cuando las cosas te van mal aunque no sepas muy bien por qué. Y al final acabas llorando porque descubres que esa persona está a cientos de kilómetros de ti y probablemente se esté tirando a otra. O no. A lo mejor sólo está a cientos de kilómetros de ti pero está pensando también en tus piernas, tumbado en un sofá, mientras lee tu nombre en una pantalla y no se atreve a hablarte. 

Vamos, que te escribo porque no estás aquí, y me gustaría que estuvieras pensando tanto como yo en estarlo.