me he visto reflejada en la prima isobel y sus quejas a los hombres bajitos
en may y su idealización de un amante que no existe
en el dolor de pansy
en el deseo de huir de kitty
en la soledad compartida de emma y alfred
en abby y su enamoramiento de una situación imposible.
«Pansy se había enamorado de aquel hombre a pesar de que fuese diez años mayor y de que nunca hubiese mostrado ningún interés por ella, excepto el día en que le preguntó frívolamente, pero con un tono de voz muy cercano, si al escuchar la cantinela del niño que vendía almejas, tan parecida a una canción del Tirol, no le entraban ganas de visitar Suiza.»
Los niños se aburren los domingos, Jean Stafford.