2 de marzo de 2014

Her


Me recuerdo a mí misma añadiendo Her a mi lista de «Próximos estrenos: éstas no me las pierdo» en FilmAffinity, cuando todavía no tenía cartel y solamente era el siguiente proyecto de Spike Jonze, en el que contaría con Joaquin Phoenix y se estrenaría en 2013. 

Según iba apareciendo más información sobre Her, más ganas tenía yo de verla. Y hace unos días por fin lo hice. Yo sabía que iba con las expectativas muy altas, pero pensaba que era imposible que me decepcionara. Pero lo hizo. O, mejor dicho, no me gustó todo lo que quería que me gustara. Más o menos pasada la primera mitad de la película, me sorprendí a mí misma deseando que se acabara ya, y no porque se me estuviera haciendo insoportable ni nada de eso, de hecho la estaba disfrutando bastante, sino porque había tomado un camino que, a mi parecer, sólo dejaba dos opciones para el final: o malo o muy malo. 

Para poner en situación a aquellos que no tengan ni idea de qué va la película: Her nos cuenta la historia de Theodore, un hombre solitario que está en proceso de divorciarse y que termina enamorándose de Samantha, un modernísimo sistema operativo con voz. Evidentemente, Samantha también se enamora de él, y es aquí donde aparecen los problemas. Su relación no hacía más que avanzar y yo temía que en cualquier momento una mujer de carne y hueso llamara a la puerta de Theodore, diciendo ser Samantha y que los dos vivieran felices y comieran perdices como una pareja normal. Eso, o que Theodore volviera mágicamente con su exmujer, opción que me parecía mucho más plausible pero igualmente terrible. Afortunadamente, nada de esto ocurre, pero el final no deja de ser precipitado y sin ninguna explicación de cómo ni por qué ha pasado lo que ha pasado, que indudablemente tiene que tener alguna razón. Y esa razón sería la que convertiría el final en convincente. 

Por lo demás, no puedo decir que Her no me haya emocionado, aunque sí que en algún momento me rechinaron los dientes con diálogos demasiado artificiosos o incluso alguno que parecía sacado de una lista de tópicos de las comedias románticas. Por otra parte, tengo que destacar la cuidadísima fotografía de la película y el uso de unos colores suaves, con destacados tonos rojizos, que, junto a la maravillosa banda sonora, ayudan a construir la atmósfera de la película.